En las sociedades laicas, esta vía de escape se desliza en ocasiones hacia el terreno del arte, asumiendo los artistas el papel de evangelistas, narradores de mitos y oficiantes de rituales, o bien, encarnándose en los propios herejes, penitentes o desheredados.
Artículos relacionados
Vista previa: ARTE COMO EXPIACIÓN, EL
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.