GINSBERG, ALLEN
Aullido y otros poemas fue el primer libro de Allen Ginsberg, y produjo una conmoción que cambió para siempre una parte de la poesía norteamericana, la que no se inscribe en la caverna o la frialdad académicas. Allen Ginsberg tomó su Aullido e hizo toda una performance en la que dio a conocer su forma de representar la poesía con cánticos, melopeas, llantos, gritos y lamentos que subrayasen claramente sus versos apocalípticos de denuncia total de una forma adocenada de vivir y proclamasen un modo nuevo de hacer literatura totalmente sincera y auténtica, dejar fluir la «escritura de la mente». La voz se fue corriendo, los medios de comunicación se fijaron en él, lo fueron convirtiendo en una figura famosa y él aprovechó para promocionar a sus amigos y colegas de credo literario: el lanzamiento de la Generación Beat. De hecho, en su versión impresa, Aullido y otros poemas acabó dedicado, además de a Cari Solomon, un amigo poeta recluido en un manicomio, a los escritores Jack Kerouac y Wiliam Seward Burroughs y a Neal Cassady, el héroe que emerge detrás de todos ellos. El verso inicial de Aullido es probablemente el más conocido de todos los escritos hasta el día de hoy: «Yo vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura.» No es nada raro: Aullido es un largo poema, entre épico e imprecatorio, que pasa revista a las injusticias y carencias de una sociedad acomodada y egoísta como la norteamericana de la posguerra mundial y protesta dolorida y airadamente contra los horrores individuales que sufren quienes no pueden o no quieren competir por la ficción de una felicidad proclamada oficialmente. Aullido alza una voz distinta que zarandeó las conciencias y que consiguió hacerse oír.