OVEJERO, FELIX
PrólogoI. Democracia sin ciudadanosEl deterioro de la cultura cívicaLa calidad de los ciudadanos¿Dónde está el problema?PRIMERA PARTEDEMOCRACIA Y LIBERALISMOII. La democracia liberalEl liberalismo y la democraciaEl funcionamiento de la democracia liberal Diferencias entre el mercado y la democraciaDos democracias liberalesLa teoría (económica) de la democraciaEl mercado político: la demanda de los ciudadanosLos problemas de la demanda: la voluntad popularEl mercado político: la oferta de los representantesReglas de elección y negociaciónLas consecuencias de la teoría de la democracia: dos interpretacionesIII.La fundamentación liberal de la democraciaIdeas de democraciaLa democracia liberal de mercadoLa democracia liberal deliberativaEl liberalismo de la democracia liberalIV. Democracia liberal y mercadoLa democracia frente al mercadoAl mercado le conviene la democracia......pero a la democracia no le conviene el mercadoSEGUNDA PARTEDEMOCRACIA Y REPUBLICANISMOV. Las democracias republicanasIdeas de democracia y republicanismoEstrategias republicanasIgualdadAutogobiernoLibertadVI. Deliberación y democraciaArgumentar, negociar, votarDemocracia sin deliberaciónEl proceso deliberativoLas razones de la deliberaciónProblemas de las razonesDeliberación y justificación epistémicaDemocracia y justificaciones epistémicasProblemas de la deliberaciónHonestidad de las opinionesElitismoPoder o razonesImposibilidad de acuerdosFronteras de la deliberaciónTERCERA PARTELOS MOTIVOS DE LOS CIUDADANOSVII: Los motivos liberales: entre el mercado y la democraciaRazones para actuar, razones para decidirMotivaciones en la justiciaMotivaciones en la producciónMotivaciones en la políticaVIII: Los motivos republicanos: la virtud cívicaLos republicanismos y la participaciónEl problema (de Rawls) con la virtudEl liberalismo y la virtudModelos de virtud cívicaVirtud, democracia y libertadIX: En el origen de las motivacionesLa disposición socialEl mercado como soluciónEl mercado contra la disposición socialEl vínculo cívicoEl vínculo emocionalEl instinto socialCUARTA PARTEFUNDAMENTACIONES DE LA DEMOCRACIAX: Tres miradas sobre tres democraciasPerspectivas sobre la democraciaLa democracia como instrumentoLa fundamentación instrumentalLímites de la fundamentación instrumentalLa democracia como historiaLa argumentación historicistaLímites de la fundamentación históricaLa democracia como principioLa argumentación epistémicaSobre la relación entre fundamentación epistémica y democracia republicanaEl paso deliberativo: las condiciones de la deliberaciónEl paso democrático: la participación y la deliberaciónSobre la relación entre consecuencialismo y fundamentación epistémicaPara terminar: de la filosofía politíca a la política
La moderna democracia se configuró en la tensión entre el liberalismo y el republicanismo. El primero, con una mirada desconfiada hacia los ciudadanos, sobre todo hacia los ciudadanos más pobres, creó instituciones que, en lo posible, debían ser impermeables a la voz de aquéllos desprovistos de virtud. En oposición a ese concepto de democracia, el republicanismo aspirará a extender el ideal de ciudadanía comenzando por el derecho al voto. Que las cosas decantaran hacia uno u otro lado, hacia el ideal aristocrático o hacia el participativo, sería cuestión -como señala Félix Ovejero en esta obra- "del ruido y de la furia, de la historia". En la primera parte del libro, el autor muestra que los argumentos liberales utilizados para desconfiar de los ciudadanos apuntan, en realidad, a problemas de las instituciones liberales. Al examinar esas instituciones a partir de la tensión entre libertad y democracia, Ovejero prueba que, contra una opinión extendida, el liberalismo tiene importantes puntos de fricción con el ideal democrático. En la segunda parte, se ocupa de la tradición republicana y de su idea de democracia, y estudia el modo en que los conceptos republicanos -virtud, participación, deliberación, libertad, autogobierno- se relacionan entre sí, y cuál es el sentido y la importancia de cada uno de ellos para propiciar instituciones democráticas, igualdad material y virtud cívica. Ovejero cita a Kant, para quien "la constitución republicana es la única perfectamente adecuada al derecho de los hombres, pero es muy difícil de establecer, hasta el punto de que muchos afirman que la república es un Estado de ángeles". Sin embargo, Kant aboga por dicha constitución, y afirma: "El problema del establecimiento de un Estado tiene siempre solución, incluso cuando se trate de un pueblo de demonios: basta con que éstos posean entendimiento". El republicanismo -concluye Ovejero- escapa al dilema liberal entre libertad y democracia.