QUINTANA RUBIO, ORIOL
La eficiencia, la búsqueda de la productividad y la necesidad de competir parece que nos conduzcan a la proscripción de la pereza. En realidad, sin pereza y sin las demás pasiones desordenadas, no es posible vivir una vida plenamente humana. La pereza es una característica esencial de la naturaleza humana, y el deseo de superarla, también.