MUÑOZ, ARTURO
Si algo ha dejado una marca indeleble en varias generaciones de españoles es, sin duda, la larga sombra que ha proyectado sobre nosotros la banda terrorista ETA. Frente a ella el Estado puso a las Fuerzas de Seguridad (Policía y Guardia Civil) por momentos al Ejército, también mercenarios y miembros de las mismas, haciendo una guerra sucia contra el terrorismo.
En esta primera obra de Arturo Muñoz, el autor indaga en esa lucha contra el terrorismo desde la perspectiva de un joven guardia civil destinado al País Vasco en los primeros años 70, con Franco aún en el poder, cuando la sociedad española todavía no era realmente consciente de hasta donde llegaría la carrera criminal que comenzó a finales de los años 50 y concluyó en 2011.
El libro comienza con un excepcional primer capítulo en el que el autor nos cuenta su miedo adolescente a que su padre, el escritor Antonio Muñoz Molina, fuera asesinado por ETA debido a sus manifestaciones públicas contra ella. Pero este comienzo no es el objetivo del libro, al menos no el único. La anécdota de la que parte la historia es la conversación que mantiene el autor, en un bar, con un íntimo amigo que le cuenta como su padre, guardia civil retirado, detuvo al sanguinario terrorista Henri Parot. De esa anécdota, parte el primer objetivo que se fijan, hacer un comic, posteriormente un documental, finalmente el libro que nos ocupa. Arturo comienza a entrevistar al citado guardia civil, Paco, y este le va contando como fue su vida y como acabó, siendo muy joven, entrando en la Benemérita, como le destinan al País Vasco, primero a Bermeo y posteriormente a Gernika. Años en los que no se tenían los medios, los guardias y sus familias vivían pobremente con escaso sueldo, alojados en ruinosas casas cuartel con poca dignidad, sometidas a un severo régimen de carácter militar, tampoco tenían el conocimiento ni la información suficiente para enfrentarse a un tipo nuevo de delincuencia. Hasta entonces la Guardia Civil se había enfrentado al maquis, al contrabando, a un mundo rural que progresivamente iba transformándose. En ese mundo cambiante, el factor del terrorismo coge con el paso cambiado al Estado franquista, con un régimen debilitado tanto en lo político, faltan pocos años para la muerte del dictador, como en lo económico y con el cambio en la sociedad que se avecina.
Con una mirada limpia, el autor intenta comprender lo que piensan y sienten las personas implicadas en esa lucha, fundamentalmente Paco, pero también aquellos que se integraron o estuvieron en el entorno de ETA y que hablan con él para, desde la perspectiva que da el tiempo, aclarar, en la medida de lo posible, como fueron esos años y esa guerra sucia entre ambas partes.
Me ha parecido un libro importante para comprender como se vivió esa época, especialmente desde la perspectiva de un guardia civil de base, y se agradece que Arturo Muñoz no juzgue a quienes se encontraron en unas circunstancias muy complejas y que a veces cueste analizar desde la perspectiva de los 50 años que han pasado.
Juanma del Río Moyano
Por un túnel de silencio aborda una historia compleja con una mirada rigurosa y limpia, poniendo de manifiesto que en los hechos siempre hay múltiples matices y que los seres humanos no estamos hechos de una sola pieza.
Hijo de los ochenta, Arturo Muñoz pertenece a una generación que trata de entender qué ha pasado en España en las últimas décadas sin esas anteojeras ideológicas que siempre imponen una respuesta antes incluso de que sea formulada la pregunta.